El maestro de taekwondo Wan Keun Yoon se instaló en
Huelva, sembrando en el joven Fernando Alloza la curiosidad por darle una oportunidad a un nuevo deporte que llegó a nuestro país en los años sesenta. “Fui el primer alumno que tuvo. Yo ya practicaba karate, pero me lancé cuando nos dijeron que nos iba a enseñar un maestro coreano. Eso fue en 1976, más de cuarenta años desde que tomé esa gran decisión”, cuenta Fernando.
En el taekwondo “se respeta todo”, enfatiza el ahora profesor del Club Yoon
Huelva. Compañeros y compañeras, maestro —como lo llaman sus alumnos, que en muchos casos son hijos de padres que también lo fueron— e incluso objetos de la propia sala en la que se entrena.
"El taekwondo, a nivel infantil, está recomendado por la medicina internacional porque fomenta la coordinación, el orden o el sentimiento de unión creado entre los niños y niñas que lo aprenden", continuó para luego decir que "hay algunos que se sienten solos, que tienen problemas en sus casas, y el deporte se acaba convirtiendo en algo terapéutico para ellos, en una vía de escape de sus conflictos".
"En otros casos, pueden tener hiperactividad o TDAH —déficit de atención— siendo beneficioso para su desarrollo un deporte en el que se enseñan valores como los que promueve el taekwondo", prosiguió para luego agregar que "también hay muchos que se acaban enganchando. Yo, por ejemplo, he estado doce años compitiendo."