Paco Ojeda es muy conocido en
Huelva por ser el técnico del Club Bádminton IES La Orden, ganador de nueve Ligas y varias medallas europeos, donde se formó el origen de la leyenda de Carolina Marín. Pero además Ojeda ha sido hasta hace muy poco docente en el mismo instituto en el que impulsó este deporte en
Huelva y cuyo pabellón ya lleva su nombre tras 38 años de profesión.
El pasado 17 de octubre este docente tan carismático y querido, a la vez un técnico experto y astuto, cumplió 62 años. De ellos casi cuatro décadas los ha vivido enseñando a los jóvenes lo esencial que debe ser su vida el deporte para que sea plena.
A estas alturas la inercia le llevaba a seguir con energía esta dinámica, pero tras reengancharse dos cursos, consideró que ante los “muy farragosos” cambios de legislación y el aumento de la burocracia era el momento de poner el punto y final. “En lo que he trabajado ha sido mi vocación. Me gusta y he tenido la suerte de trabajar en lo que me apasiona y me he sentido muy cómodo”, asegura a
Acabó la carrera de Educación Física en Madrid en 1985 y en enero del 86 estuvo trabajando en Alosno y ya en el curso 86-87 entró en el entonces Instituto La Orden, que compaginó con sus trabajo por las tardes en el Colegio Diocesano. En el curso siguiente, el 87-8, trabajó en Moguer y en el curso 1988-89 regreso a la que ya sería para siempre su casa. “Es donde me han salido todas las canas que tengo”, apunta entre risas.
Subraya que ha disfrutado “mucho” de enseñar Educación Física, algo que desde pequeño le gustaba. Ya cursando como estudiante BUP era atleta y competía en longitud y triple y en los veranos en su pueblo, Sanlúcar de Guadiana, colaboraba con las actividades deportivas de la asociación de vecinos. “Como el presupuesto era corto, daba a los chavales las medallas que había ganado como atleta”, recuerda. También a orillas del Guadiana dio clases particulares de varias materias a los estudiantes, porque “siempre me ha gustado la enseñanza”, por lo que, aunque le gustaban muchas cosas, tuvo claro cuál sería su profesión.
La misión de inculcar el deporte
“He disfrutado mucho de inculcar el hábito del deporte y la importancia de hacer ejercicio a todos los alumnos y a quien se pusiera a tiro”, expone sobre una misión en la que “entra la desesperanza porque hay alumnos a los que no les llega, pero a la mayoría sí ha sido así y me he encontrado a exalumnos en el gimnasio y haciendo crossfit a mi lado y me han dicho ‘tú me diste clase”.
Ojeda afirma que ha tratado de meter siempre “ese gusanillo” porque “para tener calidad de vida hay que hacer ejercicio”, por lo que ver a los demás hacer deporte es algo que “siempre me ha llenado”. En este sentido, considera que “he sembrado muchas semillas y muchas han brotado y florecido”.
Imagen principal - Ojeda, con sus jugadores al ser campeones de Liga el pasado año, con sus compañeros de departamento, Juangui Calvo y Nuria Callejas y con la directora del centro Sonsoles Rodríguez
Imagen secundaria 1 - Ojeda, con sus jugadores al ser campeones de Liga el pasado año, con sus compañeros de departamento, Juangui Calvo y Nuria Callejas y con la directora del centro Sonsoles Rodríguez
Imagen secundaria 2 - Ojeda, con sus jugadores al ser campeones de Liga el pasado año, con sus compañeros de departamento, Juangui Calvo y Nuria Callejas y con la directora del centro Sonsoles Rodríguez
Ojeda, con sus jugadores al ser campeones de Liga el pasado año, con sus compañeros de departamento, Juangui Calvo y Nuria Callejas y con la directora del centro Sonsoles Rodríguez H24
Ese es su legado y es con lo que se queda, con “la sensación de que mi aportación ha calado en muchas personitas y que a pesar de la etapa rebelde adolescente se han quedado con mis enseñanzas para la etapa de joven y adulto”.
El minigimnasio hoy es templo
“En Madrid aprendí a jugar al bádminton. No lo conocía y me gustó mucho. Competí y me formé como jugador y entrenador”, rememora, por lo que cuando llegó al IES La Orden, que tenía entonces “un minigimnasio”, el lugar donde nació el bádminton en
Huelva. De este espacio convertido en todo un templo del deporte del volante comenta que “el consejo escolar del centro propuso al equipo directivo que llevará mi nombre y es un orgullo".
“Me ha hecho muy feliz porque ese trabajo que has hecho durante 38 años lo has hecho convencido, porque es tu vocación, y que la gente te lo reconozca hace que cualquier palabra sea insuficiente. Es algo muy bonito, emocionante”, comparte Ojeda, a quien le dieron una sorpresa el pasado martes.
Una gran sorpresa
Tenía una comida con los compañeros y le indicaron que se pasara por el centro en vez de ir directamente al lugar donde iban a comer. “Cuando llegué y empecé a ver esas filas de alumnos y compañeros profesores no sabía qué hacer, fue impresionante. Era mucha emoción junta, toda la del mundo”, describe. Y a eso se suma la guinda de que su nombre figura en el edificio de ladrillo por el que peleó “como el que más junto al equipo directivo y el AMPA” y que ahora es “de las mejores instalaciones deportivas de centros educativos de
Huelva capital y provincia”.
Aún tiene en los oídos el eco de muchas frases y palabras de ánimo, reconocimiento y cariño, muchas asegurando que esto es lo que merecía Paco. “Las palabras de mis compañeros de departamento fueron increíbles y me hizo muy feliz el pasillo, porque percibía su cariño, sentía que estaban aplaudiendo con alegría y sinceridad. Me llenó especialmente”.
Paco Ojeda es “un jubilado muy raro”, porque aunque no ejerce desde septiembre todas las semanas ha estado cruzando las puertas del instituto. En este tiempo le han reclamado muchas veces los alumnos que quieren que vaya con ellos a una excursión, que siga formando parte de sus vidas.
Se siente muy realizado de haber consolidado con sus compañeros de departamento unos programas de actividades que se han convertido en “muy importantes” en el centro, siendo un destacado complemento para la educación para los alumnos, como actividades en la naturaleza, cursos de senderismo, kayak o multiaventura (escalada, barranquismo, espeleología), fomentando la convivencia en el campo también. Además se ha consolidado en el segundo trimestre de cada curso una mañana en la que “todo el centro hace deporte, musicales y actividades dirigidas”, siendo “un día referente”.
En el seno del IES La Orden también ha crecido “mucho” de la mano de Paco Ojeda el bádminton y “con el apoyo de todo el equipo directivo y el alumnado”. Señala que de ahí se ha iniciado jugadores importantes y que fueron derivando a las escuelas del club, como sus hijos, Eliezer y Haidée, o Carlos Longo, el primer campeón de España de la historia de la entidad y que ahora tiene el relevo en otros jóvenes como David Carvajal y David Moreno, que “asoman la cabeza en el panorama nacional e internacional”.
“El club siempre ha formado parte de la vida del centro y por eso lleva su nombre"
“El club siempre ha formado parte de la vida del centro y por eso lleva su nombre y lo cambiamos cuando pasó a denominarse IES para que se siguiera identificando”, comenta Ojeda, que del bádminton no está jubilado y estará al frente del club en una temporada en la que busca su décimo título de campeón de España. “El club tiene una dimensión increíble, con muchos equipos, todo gracias al esfuerzo de muchas personas”, apunta.
Comenta que hay muchos alumnos que dicen que no pueden seguir en el deporte porque tienen que estudiar y siempre dice al respecto que “hay que saber organizarse el tiempo” y que muchos jugadores han sido estudiantes a la vez y han llegado lejos, porque además “haciendo deporte se rinde mejor en los estudios y se estudia más y mejor”.
El bádminton seguirá de momento ocupando mucha parte de su tiempo y atrás deja una fructífera labor docente en la que “he disfrutado mucho y me he implicado todo lo que he podido porque me vuelco a tope con lo que hago”. Por eso el hecho de que otras personas se lo hayan querido reconocer su trabajo “te llega a la patata”.
Después de todo, de emprender con entusiasmo cada día una siembra directa al corazón de quienes le rodean, finalmente hay repartido por
Huelva fragmentos de un gran jardín gracias a Paco Ojeda.